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Vol. 22. Núm. 4.Agosto 2002
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Helicobacter pylori y patología gastroduodenal en pacientes con insuficiencia renal crónica en diálisis
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X. CALVET , J. ALMIRALL , T. LÓPEZ
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NEFROLOGÍA. Vol. XXII. Número 4. 2002 FORMACIÓN CONTINUADA Helicobacter pylori y patología gastroduodenal en pacientes con insuficiencia renal crónica en diálisis X. Calvet, J. Almirall* y T. López* *Servicios de Gastroenterología y Nefrología. Corporació Sanitaria Parc Taulí. Sabadell. INTRODUCCIÓN En 1983, Robin Warren y Barry Marshall describieron la presencia de infección por Helicobacter pylori (HP) en pacientes con gastritis crónica y úlcera péptica 1-3. Este descubrimiento no solamente originó una revolución en el tratamiento de la enfermedad ulcerosa péptica sino que ha afectado al manejo de otras muchas patologías digestivas como el linfoma MALT, el cáncer gástrico y la dispepsia no ulcerosa 4, 5. HP es un germen Gram negativo, espiral y flagelado que está especialmente adaptado para sobrevivir en la luz gástrica. La infección afecta al 50%70% de la población mundial 6, 7. Su presencia se relaciona con la aparición de úlcera péptica, cáncer gástrico y linfoma MALT, aunque únicamente uno de cada 5-10 pacientes infectados presentan manifestaciones clínicas de la infección por HP 8,9. La eliminación de la infección de la luz gástrica mediante el tratamiento adecuado permite la curación definitiva en los pacientes con úlcera 10 e induce la remisión en pacientes con linfoma MALT gástrico en estadios iniciales. Aunque su relación con el cáncer gástrico está bien demostrada 11, el posible beneficio de programas de cribado y tratamiento de la infección por HP a nivel poblacional sigue siendo controvertido 12-14. La investigación sobre los aspectos epidemiológicos, patogénicos y clínicos de la infección ha generado más de 10.000 publicaciones desde el descubrimiento de la bacteria. Durante los últimos 5 años, el número de nuevas publicaciones supera las mil por año. Los pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC) en diálisis no han quedado al margen de esta fiebre investigadora y desde principios de los años 90 se han publicado alrededor de unos cincuenta artículos sobre HP e IRC. La presente revisión pretende resumir el conocimiento actual sobre la patología gastroduodenal de los pacientes en diálisis y el papel de la infección por HP. METODOLOGÍA Para la realización de la presente revisión se realizaron múltiples búsquedas en MEDLINE utilizando los términos [pylori OR pyloridis (all fields)] AND [hemodialysis OR haemodialysis OR dialysis OR chronic renal failure OR chronic kidney failure (all fields)]. Se revisaron los resúmenes de los títulos obtenidos en la búsqueda seleccionando aquellos que contenían información relevante. Asimismo se utilizaron los archivos particulares de los autores de la presente revisión y las referencias de los artículos o revisiones seleccionados en la búsqueda bibliográfica inicial. EPIDEMIOLOGÍA DE LA INFECCIÓN POR HP EN PACIENTES CON IRC Diversos estudios han evaluado la prevalencia de la infección por HP en pacientes en diálisis. Estos pacientes presentan unos niveles de urea plasmáticos y en la luz gástrica muy superiores a los de los individuos normales. Dado que HP necesita metabolizar la urea en amonio para sobrevivir en el interior de la luz gástrica, los estudios iniciales se dirigieron a evaluar si este aumento del substrato podía favorecer la colonización gástrica por HP en pacientes con IRC. En general, no se observan diferencias significativas en la prevalencia de infección por HP entre Correspondencia: Dr. Jaume Almirall Daly Unitat de Nefrología Corporació Sanitaria Parc Taulí AC 196 08028 Sabadell (Barcelona) 318 HELICOBACTER PYLORI Y DIÁLISIS los pacientes he hemodiálisis con respecto a controles sin IRC. Las tasas de infección oscilan entre el 30 y el 65% en función de la población y la técnica utilizada 15-25. Incluso, algunos estudios sugieren una prevalencia menor de infección por HP en pacientes en diálisis respecto de la población general. Sin embargo, es posible que la selección del grupo control pueda haber influenciado los resultados 22. Así, Abu Farsakh y cols. 26 utilizan como controles pacientes dispépticos, los cuales presentan una alta prevalencia de infección por HP 27. La infección presenta un patrón similar al de la población general, así su prevalencia aumenta con la edad 17, 18, 28, 29. Estudios recientes que evalúan la presencia de anticuerpos ante cepas especialmente virulentas de HP --aquellas que elaboran proteínas citotóxicas (Cag A) o vacuolizantes (Vac A)-- observan que la prevalencia de dichas cepas es idéntica a la observada en donantes de sangre 30. ALTERACIONES BIOQUÍMICAS, HORMONALES Y HISTOLÓGICAS INDUCIDAS POR LA INFECCIÓN POR HP Muchas de las alteraciones hormonales y bioquímicas a nivel digestivo de los pacientes en diálisis son bien conocidas y en muchos casos se describieron con independencia de la infección por HP. Así, los pacientes con IRC presentan una disminución de la secreción de ácido gástrica que se corrige parcialmente al iniciar el tratamiento sustitutivo renal. La hiposecreción gástrica se acompaña de niveles elevados de gastrina que podría ser atribuible tanto a un déficit del aclaramiento renal, como a una respuesta reactiva a la hiposecreción. La hipergastrinemia aparece tanto si los pacientes están infectados por HP como si no 31-35. Sin embargo, como ocurre en los individuos sin IRC, los pacientes con IRC con infección por HP presentan valores de gastrina más elevados que los no infectados 20, 23, 24, 36, 37. También se ha comprobado que las cifras de gastrina descienden tras la erradicación 38. Sin embargo, tanto la hipergastrinemia como los niveles elevados de Pepsinógeno I y II en pacientes con IRC probablemente tienen escasa significación clínica, ya que, como veremos más adelante, estos pacientes no parecen presentar una mayor incidencia de lesiones asociadas con la elevación de dichas hormonas, en especial de úlcera péptica 39, 40. Asimismo se ha demostrado que los pacientes en diálisis presentan niveles intragástricos de urea más elevados que los controles. En presencia de HP --que tiene una actividad ureasa muy marcada-- las concentraciones de amonio en la luz gástrica también au- mentan 37, 41, 42. El amonio gástrico tiene múltiples efectos a nivel de la mucosa. En primer lugar, afecta la permeabilidad de la membrana celular, inhibe la proliferación de las células de la mucosa y probablemente tiene un efecto tóxico-directo 43-48 por lo que podría relacionarse con la aparición de lesiones de la mucosa gástrica en pacientes con IRC. Por otro lado, aunque se ha sugerido que el incremento de la concentración de amonio plasmático puede ser causa de encefalopatía hepática en pacientes con cirrosis 49, 50, no parece que el incremento de la producción de amonio tenga repercusiones a nivel sistémico en pacientes con IRC sin enfermedad hepática 41. En cuanto a las alteraciones histológicas, los cambios descritos son similares a los observados en los individuos sin IRC. La infección por HP induce típicamente la aparición de cambios inflamatorios agudos y crónicos (con infiltrado por polimorfonucleares y linfocitos respectivamente) y aparición de folículos linfoides. La infección de larga evolución induce lesiones tales como atrofia gástrica o metaplasia intestinal en alrededor del 40% de los pacientes 19, 28, 29, 39. HP Y SÍNTOMAS DISPÉPTICOS La existencia de gastritis y duodenitis es frecuente en los pacientes con diálisis, siendo comunes las manifestaciones dispépticas en forma de náuseas, vómitos y pirosis 36, 51, 52. Distintos factores intervienen en esta sintomatología: la uremia, el stress, la medicación concomitante (Fe, quelantes del fósforo, etcétera). El progresivo incremento de los pacientes diabéticos como causa de IRC también ha contribuido, siendo bien conocida la gastroparesia del paciente diabético. Pocos estudios han analizado la relación entre dichos síntomas y la presencia de HP. Ala-Kaila y cols.36 describen una mayor prevalencia de síntomas dispépticos en pacientes en diálisis HP positivos, mientras que otros estudios no encuentran ninguna relación 24, 53. PAPEL DE LAS PÉRDIDAS DIGESTIVAS EN LA ANEMIA DEL PACIENTE CON IRC. RELACIÓN CON LA PRESENCIA DE LESIONES ENDOSCÓPICAS Y HP. RELACIÓN DE HP CON LA PRESENCIA DE ÚLCERA PÉPTICA Entre los distintos factores responsables de la anemia en la IRC, una vez introducida la eritropoyetina en el manejo habitual de estos pacientes, queda el trastorno del metabolismo del Fe como uno de 319 X. CALVET y cols. los principales elementos. El estado ferropénico y/o una mala utilización de los depósitos de Fe siguen planteando problemas. Entre las distintas causas de pérdidas de Fe (coagulaciones del circuito extracorpóreo, desconexiones accidentales, etc.), las pérdidas digestivas pueden jugar un papel importante. Los estudios isotópicos mostraron que las pérdidas hemáticas en los pacientes en diálisis era notablemente superior a los valores normales, con unas pérdidas diarias medias de 6-7 ml/día, que triplican los valores normales 54, 55. El aumento de las pérdidas digestivas se atribuyó en parte a los trastornos de la coagulación y de la agregación plaquetar de los pacientes con IRC, así como a la necesidad de anticoagulación intermitente para la práctica de la diálisis 56-58. Asimismo, algunos estudios en un número limitado de pacientes, han mostrado que la prevalencia de lesiones erosivas a nivel antral y duodenal es muy alta 59 relacionándose con las pérdidas hemáticas 60. Por otra parte, estudios epidemiológicos en la población general han demostrado que la infección por HP se ha relacionado con unos niveles inferiores de hierro y ferritina 61, 62. Asimismo, se ha descrito que HP puede ser causa de anemia crónica en niños y adolescentes 63-67, así como en adultos 68 y en determinadas poblaciones esquimales con una susceptibilidad particular a las lesiones digestivas causadas por la infección 69. La relación entre HP y la anemia o los depósitos bajos de hierro se ha atribuido a las pérdidas hemáticas gastrointestinales. Otro posible mecanismo de ferropenia inducida por HP sería la presencia de receptores para el hierro en la membrana del germen, que podrían competir con el organismo por el Fe ingerido o afectar el metabolismo o la absorción del hierro 70-73. A pesar de la creciente evidencia de que HP es una causa de pérdidas digestivas en la población general, el papel de HP en la aparición de pérdidas hemáticas crónicas en los pacientes en diálisis no ha sido convenientemente analizado. Los estudios iniciales valorando las pérdidas digestivas no evalúan la presencia de la infección 54. Estudios posteriores describen una baja prevalencia de lesiones ulcerosas en pacientes en diálisis 59 y no encuentran relación entre la presencia de úlcera y la infección por HP 15, 26, 28. En cuanto a la presencia de erosiones gástricas o duodenales, los estudios más recientes sugieren la presencia de lesiones en alrededor del 10% de los pacientes 19, 28, en contraste con las prevalencias mucho más altas observadas en estudios previos 59. Sin embargo, en ninguno de estos estudios no se tiene en cuenta la administración de tratamiento concomitante con antisecretores, lo que dificulta enormemente la interpretación de los resultados obtenidos. 320 DIAGNÓSTICO DE LA INFECCIÓN POR HP EN PACIENTES CON IRC Las técnicas para el diagnóstico de la infección por HP se han dividido clásicamente en invasivas (requieren endoscopia y biopsia) y no invasivas. Son pruebas invasivas el estudio histológico de las biopsias, el test rápido de la ureasa (que detecta la potente actividad ureasa de Helicobacter pylori en muestras de tejido gástrico), el estudio mediante tinción de Gram y el cultivo de la biopsia de mucosa gástrica. Son pruebas no invasivas, la serología, el test del aliento con urea marcada con C13 o C14 y la determinación de antígeno de HP en heces. De estas las que alcanzan una mayor sensibilidad y especificidad en individuos sin insuficiencia renal son la histología y el test del aliento. Dichas pruebas son altamente sensibles tanto para el diagnóstico de la infección como para la comprobación de la curación tras el tratamiento. En la búsqueda bibliográfica se han detectado tres artículos evaluando los aspectos diagnósticos de la infección por HP en pacientes en diálisis 74-76. El más completo de ello, publicado por Rowe y cols. 76, evalúa los métodos invasivos (test rápido de la ureasa e histología) y no invasivos (test del aliento con urea marcada con C14) en un número limitado de pacientes. Tanto los métodos invasivos como los no invasivos alcanzan una rentabilidad diagnóstica similar a la obtenida en individuos sin insuficiencia renal. Por el contrario, Huenag y cols. 74 observan que el test del aliento es ligeramente menos sensible y menos específico en pacientes en diálisis, obteniéndose los mejores resultados si la determinación se realiza al finalizar la diálisis. Del mismo modo, Misra y cols. 75, al analizar la utilidad de un test rápido de la ureasa observan una sensibilidad y especificidad claramente inferiores en pacientes en diálisis. Por otra parte, Muñoz de Bustillo y cols. 77 analizan la utilidad de la serología para el diagnóstico de la infección por HP, utilizando el test del aliento como «Gold Standard». Los autores observan una utilidad reducida de la serología con sensibilidad y especificidad alrededor del 80%, que por otra parte no difiere mucho de los valores de sensibilidad y especificidad reportados para la serología en la población general 78-83. Por último, recientemente se ha comercializado un nuevo test diagnóstico que determina la presencia de antígeno de HP en heces (HpSA). El test ha demostrado presentar una aceptable sensibilidad y especificidad para la detección de la infección en pacientes dispépticos 84-86. No se han encontrado estudios que evalúen la utilidad de este test en los pacientes afectos de IRC. HELICOBACTER PYLORI Y DIÁLISIS TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN POR HP El tratamiento standard para la infección por HPen el momento actual es la denominada «terapia triple» 87. Consiste en la combinación de un inhibidor de la bomba de protones (omeprazol 20 mg, lansoprazol 30 mg, pantoprazol 40 mg o rabeprazol 20 mg), claritromicina 500 mg y amoxicilina 1 g administrados cada 12 horas y durante 7 días. En alérgicos a la penicilina se recomienda sustituir la amoxicilina por metronidazol 500 mg también cada 12 horas 5, 87-89. No se ha publicado ningún artículo evaluando la utilidad de dicha pauta en pacientes en diálisis. Los tres únicos artículos publicados sobre tratamiento de la infección por HP utilizan pautas dobles asociando un antibiótico (claritromicina o amoxicilina) y un inhibidor de la bomba de protones 77. Dichas pautas en la actualidad consideradas obsoletas por su baja efectividad en nuestro medio 90, 91. Un segundo estudio, realizado en Japón, analiza 14 pacientes que reciben un tratamiento que utiliza una combinación de fármacos que incluye amoxicilina 500 mg/día 3 semanas, lansoprazol 30 mg/día 2 meses y plautonol (un protector de la mucosa gástrica no comercializado en nuestro país) 80 mg/8 horas durante 6 meses consiguiendo la erradicación en 11 pacientes 92. Este último fármaco es un protector de la mucosa gástrica no autorizado en nuestro medio. Dado el reducido número de pacientes y lo peculiar y prolongado de la pauta, los resultados son difícilmente aplicables. Finalmente, Suleymanlar y cols. 93 analizan los resultados de una terapia triple que combina omeprazol, claritromicina y amoxicilina para en tratamiento de la infección por HP en 20 pacientes en diálisis peritoneal. Los resultados obtenidos son excelentes, con una tasa de curación del 100% aunque resultan también difícilmente valorables dado que utilizan dosis inusualmente altas de claritromicina y prolongan el tratamiento durante 15 días. CONCLUSIONES El conocimiento sobre el papel de la infección por HP en pacientes con insuficiencia renal crónica es limitado. La prevalencia de la infección es similar a la de la población general. La infección por HP induce incrementos de la gastrina y del pepsinógeno y la aparición de gastritis en la histología de la mucosa gástrica. Dichos cambios son similares a los observados en los individuos sin insuficiencia renal. La prevalencia de úlcera péptica en pacientes en diálisis parece igual o inferior a la de la población ge- neral y no se ha demostrado una relación entre úlcera péptica y HP, aunque el diseño de los estudios es poco adecuado y el número de pacientes analizados insuficiente. Por otro lado la aparición de lesiones antrales o duodenitis tampoco parece claramente relacionada con la infección por HP. Es posible que los métodos que utilizan la actividad ureasa de HP para el diagnóstico de la infección tengan una sensibilidad y especificidad inferiores en los pacientes en diálisis, aunque la evidencia en este sentido es limitada. Finalmente, no hay información disponible sobre la utilidad y la seguridad de las pautas de erradicación habituales en pacientes en diálisis. Los estudios publicados sugieren que la efectividad de los tratamientos de erradicación no es inferior a la observada en los individuos sin IRC. No queda clara la posible utilidad de la erradicación en los pacientes en diálisis. Sin embargo, por analogía parece recomendable la erradicación en pacientes con úlcera péptica y especialmente en aquellos que hayan presentado complicación de su patología ulcerosa aunque la evidencia científica al respecto es prácticamente nula. La sugerencia de Muñoz de Bustillo y cols. 77 de que la erradicación podría prevenir la aparición de complicaciones tras el trasplante renal resulta interesante, pero no existen, de momento, datos definitivos al respecto. Finalmente, a pesar de la clara evidencia de que la infección por HP induce pérdidas hemáticas en la población general y del interés que ha generado el metabolismo del hierro en pacientes en diálisis, no existen estudios que valoren el papel del HP en las pérdidas digestivas en los pacientes en diálisis. BIBLIOGRAFÍA 1. Marshall BJ, Warren JR: Unidentified curved bacilli in the stomach of patients with gastritis and peptic ulceration. Lancet 1: 1311-1314, 1984. 2. Marshall BJ, Goodwin CS, Warren JR, Murray R, Blincow ED, Blackbourn SJ, Phillips M, Waters TE, Sanderson CR: Prospective double-blind trial of doudenal ulcer relapse after eradication of Campylobacter pylori. Lancet 2: 1437-1442, 1988. 3. 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