Identificar posibles factores predictivos de gravedad en pacientes intoxicados por metformina (IPM), definidos como necesidad de depuración extrarrenal (DER) y/o fallecimiento del paciente.
MétodosEstudio observacional retrospectivo de los pacientes que consultaron en Urgencias del Hospital del Mar de Barcelona y fueron diagnosticados de IPM entre enero de 2010 y abril de 2024. Los datos se recogieron mediante la revisión de historias clínicas.
ResultadosSe incluyeron 72 pacientes (43,1% hombres y 56,9% mujeres), con edad media de 74.8±10.9 años. Se definió el evento principal como la necesidad de DER y/o fallecimiento del paciente. Durante el seguimiento, 50 pacientes (69,4%) presentaron el evento principal, de los cuales 39 requirieron DER (54,2%) y 21 fallecieron (29,2%). Los pacientes que presentaron el evento principal tenían niveles más elevados de creatinina (7,0±3,2 vs. 5,1±3,6mg/dL, p=0,03), ácido láctico (14,1±7,3 vs. 7,4±4,1 mmol/L, p <0,001) y anión gap (37,1±11,5 vs. 30,4±9,8, p=0,002), y un menor pH (7,02±0,22 vs. 7,17±0,15, p=0,005) y bicarbonato (8,8±5,4 vs. 12,7±5,3, p=0,005) en el momento del ingreso. Se determinaron los niveles de metformina en 52 pacientes (72,2%), siendo más altos en los pacientes que precisaron DER (20,6 [13,6-46,5] vs. 8,5 [4,3-25,6] μg/mL, p=0,01). El análisis multivariado identificó que los niveles de ácido láctico al ingreso fueron el único factor predictivo del evento principal, con un área bajo la curva ROC de 0,78; el punto de corte para el ácido láctico como predictor del evento principal se estableció en ≥ 9,6 mmol/L, p=0,01. En el análisis multivariado centrado en la necesidad de precisar DER, se identificaron los niveles de metformina al ingreso como un factor predictivo con un área bajo la curva ROC de 0,75, y un punto de corte de nivel de metformina ≥9,4μg/mL, p=0,002.
ConclusionesLa IPM es una entidad grave, con alta mortalidad y necesidad de DER. En nuestro estudio, el único factor predictivo de necesitar DER o de fallecimiento fueron los niveles de ácido láctico, y los niveles de metformina al ingreso se relacionaron con la necesidad de DER.
To identify potential severity predictive factors in patients with metformin intoxication (MI), defined as the need for renal replacement therapy (RRT) and/or patient death.
MethodsRetrospective observational study of patients who presented to the Emergency Department of Hospital del Mar in Barcelona and were diagnosed of MI between January 2010 and April 2024. Data were collected through medical record review.
ResultsSeventy-two patients were included (43.1% men and 56.9% women), with an average age of 74.8±10.9 years. We defined the primary end point as need for RRT and/or patient death. Fifty patients (69.4%) met the criteria for the primary end point, 39 needed RRT (54.2%) and 21 patients died (28%). Patients who met the primary end point had higher levels of creatinine (7.0±3.2 vs 5.1±3.6mg/dl, p=0.03, lactate (14.1±7.3 vs 7.4±4.1 mmol/l, p<0.001) and gap anion (37.1±11.5 vs 30.4±9.8, p=0.002), and lower levels of pH (7.02±0.22 vs 7.17±0.15, p=0.005) and bicarbonate (8.8±5.4 vs 12.7±5.3, p=0.005) at diagnosis. Metformin levels were determined in 52 patients (72.2%), being higher in patients who met the primary end point (20.1 [12.7-44.3] vs 8.4 [3.8-22.4] μg/ml, p=0.05). Multivariate analysis identified that lactate levels at admission was the only predictive factor for the primary end point, with an area under the ROC curve of 0.78. The cut-off point for lactate as a predictor for the primary end point was established at ≥9.6 nmol/l, p=0.01. Also, multivariate analysis identified that metformin levels at admission were a predictive factor for the need for RRT, with an area under the ROC curve of 0.75 and a cut-off point for metformin levels of ≥9.4μg/ml, p=0.002.
ConclusionsMI is a severe intoxication, with high mortality and need for RRT. In our study, the only predictive factor for the need of RRT and/or patient death was the level of lactate. Metformin levels at admission were related with the need for RRT.
La metformina es una biguanida que se utiliza como fármaco de primera línea para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Es un agente antihiperglucemiante seguro y eficaz, cuyo principal mecanismo de acción es la reducción de la gluconeogénesis hepática, promoviendo la glucólisis anaeróbica, durante la cual se genera lactato1–5. La metformina también reduce la absorción intestinal de glucosa y la oxidación de ácidos grasos, y se ha asociado con beneficios cardiovasculares4, protegiendo la función endotelial y reduciendo la apoptosis de los cardiomiocitos durante los periodos de isquemia4,6.
En condiciones normales de tratamiento con metformina no hay una elevación significativa del lactato7, pero este aumento puede ser significativo con niveles elevados de metformina (ya sea por acumulación o por sobredosis), conduciendo a una situación de acidosis láctica potencialmente letal6,8. La metformina es un fármaco con un buen perfil de seguridad. Algunos de sus efectos secundarios incluyen problemas gastrointestinales, dolor de cabeza o trastornos del gusto. Sin embargo, a pesar de su alta seguridad, su efecto adverso más grave, la acidosis láctica tipo B, se ha asociado con tasas de mortalidad del 30-50%. Aunque algunos estudios describen que los niveles elevados de ácido láctico se asocian con la mortalidad, todavía hay poca evidencia sobre si otros factores también pueden influir en la gravedad de la intoxicación por metformina (IPM)4,9, ya que las series publicadas en la literatura no son muy amplias.
Tradicionalmente, la acidosis láctica en personas que reciben tratamiento con metformina se ha clasificado en tres tipos10: acidosis láctica no relacionada con metformina), MILA (acidosis láctica inducida por metformina (MULA) y acidosis láctica asociada a metformina (MALA). El primero de ellos refiere que la metformina no es la causa de la acidosis, y que existe otra patología intercurrente, como la sepsis, que es la única responsable de la acidosis láctica presente en el paciente. La segunda se produce cuando la metformina es la única causa de acidosis láctica sin enfermedad asociada aparente y suele estar relacionada con intoxicaciones agudas. Finalmente, la MALA se define por la presencia de otros factores asociados (lesión renal aguda [LRA], sepsis, hipoxemia, insuficiencia hepática, alcoholismo, infarto agudo de miocardio, medios de contraste yodados y shock) además del tratamiento con metformina, en estos casos, la acidosis láctica es consecuencia de ambas afecciones.
El objetivo de este estudio es identificar posibles predictores de gravedad en pacientes diagnosticados de IPM. El evento principal se definió como la necesidad de depuración extrarrenal (DER) y/o muerte del paciente. La necesidad de DER se estableció según los criterios de las guías del grupo Extracorporeal Treatments in Poisoning (EXTRIP) Workgroup11.
MétodosDiseño del estudio y definición de los casosEstudio observacional retrospectivo de todos los pacientes mayores de 18 años que acudieron al Servicio de Urgencias de nuestro centro y fueron diagnosticados de IPM desde enero de 2010 hasta abril de 2024.
El diagnóstico de IPM se realizó cuando un paciente en tratamiento con metformina o con sobreingesta intencionada de metformina presentaba niveles de ácido láctico superiores a 2,2 mmol/L (límite de la normalidad según nuestro laboratorio de referencia) y de pH menor de 7,35, con bicarbonato inferiores a 22, un anión GAP elevado y en ausencia de cetonemia patológica. La IPM tipo MALA se define como la presencia de un nivel de lactato superior a 5 mmol/L junto con un pH menor de 7,3511, pero la MILA o la MULA no tienen establecidos niveles de lactato concretos para su definición, por eso en nuestro estudio decidimos incluir pacientes con los criterios expuestos anteriormente y niveles de ácido láctico patológico según nuestro laboratorio de referencia (lactato> 2,2 mmol/L). A partir de diciembre de 2018 se pudieron solicitar niveles de metformina en nuestro centro, por lo que, desde entonces, además de los criterios anteriores lo pacientes debían presentar concentraciones plasmáticas de metformina superiores a 2μg/mL.
Variables de interésLos datos se obtuvieron a través de la revisión de historias clínicas. De cada paciente se recogieron datos demográficos (edad, sexo, fecha de la IPM); antecedentes patológicos (insuficiencia hepática, grado de enfermedad renal crónica [ERC] [ningún paciente presentaba ERC grado 4 o 5], insuficiencia cardiaca, número y tipo de medicación previa, dosis de metformina); datos analíticos (filtrado glomerular estimado [FGe], creatinina, electrolitos, lactato, bicarbonato, pH, brecha aniónica y creatin quinasa, así como niveles plasmáticos de metformina a partir de 2018 [el resultado de los niveles de metformina se obtenía a las 48-72 horas de la extracción de la muestra]), tratamiento administrado (sueroterapia, bicarbonato, fármacos vasoactivos, DER, necesidad de ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos [UCI] y mortalidad).
Análisis estadísticoEl análisis estadístico se realizó mediante el software IBM SPSS Statistics.Ink (versión 28.0.1). Las variables continuas se expresaron como media±desviación estándar o mediana [rango intercuartílico25-75], según siguieran o no una distribución normal, y las variables categóricas como porcentajes. La comparación entre variables cualitativas se realizó mediante la prueba de X2 y entre variables continuas mediante la prueba t de Student o la prueba U de Mann-Whitney, según procediera. Finalmente, se realizó un análisis multivariado por regresión logística para identificar factores predictivos de gravedad independientes (incluyendo los factores que habían resultado significativos en el estudio univariante: ERC grado 3A y valores plasmáticos al ingreso de la IPM de creatinina, FGe, lactato, pH, bicarbonato, anión GAP y nivel de metformina) y análisis de la curva ROC conjuntamente con el índice de Youden. Los valores de p <0,05 se consideraron valores estadísticamente significativos.
Consideraciones éticasEl estudio ha sido aprobado por el Comité Ético del Hospital del Mar de Barcelona y se ha realizado de acuerdo con las recomendaciones generales y específicas sobre confidencialidad de datos establecidas en la Declaración de Helsinki (World Medical Association: Fortaleza, Brasil, Octubre de 2013). Dada la naturaleza del estudio, también se concedió una exención del consentimiento a los pacientes. Todos los autores han reafirmado su compromiso con la confidencialidad y el respeto a los derechos de los pacientes en el documento de responsabilidades del autor, el acuerdo de publicación y la transferencia de derechos a Nefrología.
ResultadosDurante el periodo de estudio se identificaron 72 pacientes diagnosticados de IPM, 50 de los cuales (69,4%) presentaron el evento principal definido como necesidad de DER y/o éxitus (39 requirieron DER y 21 fallecieron). La edad media fue de 74,8±10,9 años con un 56,9% de mujeres.
La mayoría de las IPM fueron catalogadas como tipo MALA (67 pacientes, 93%): 51 pacientes presentaban una LRA (48 de etiología prerrenal con antecedentes de síndrome emético y/o síndrome diarreico los días previos a la IPM, uno de etiología obstructiva, 1 por administración de contraste en paciente con ERC grado 3B y uno por toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) en paciente con ERC grado 3A), ocho pacientes presentaban un proceso infeccioso sin repercusión hemodinámica, cuatro un proceso séptico, tres una descompensación de su insuficiencia cardiaca y uno hemorragia digestiva alta. Además, cinco pacientes se diagnosticaron de IPM tipo MILA por sobreingesta voluntaria de metformina con ideación autolítica.
En la tabla 1 se muestran los datos de las características basales de los pacientes según si presentaron el evento principal (grupo I) o no (grupo II). Hallamos diferencias en la proporción de ERC grado 3 A y la intención autolítica que fueron superiores en el grupo II. A nivel de tratamiento farmacológico, no se detectaron diferencias en el número de fármacos que tomaban los pacientes y destacaba que 55 pacientes (76,4%) tomaban inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) o antagonistas de los receptores de la angiotensina 2 (ARA II), 15 (20,8%) tomaban AINE y cinco (2,5%) antagonistas de la aldosterona, sin observarse diferencias estadísticamente significativas entre grupos; 50 pacientes (69,4%) tomaban diuréticos, siendo mayor la proporción en el grupo I. Asimismo, el 69,4% de los pacientes recibía metformina a una dosis ajustada a su función renal y el 30,6% una dosis más alta de la recomendada por su FGe basal, sin diferencias entre grupos.
Características basales de la población según si presentaron el evento principal (Grupo I) o no (Grupo II)
| Grupo I(n=50) | Grupo II(n=22) | p | |
|---|---|---|---|
| Edad (años) (media±DE) | 75,2±11,0 | 74,0±10,8 | 0,3 |
| Sexo (mujer) (n,%) | 31 (62,0) | 10 (45,4) | 0,1 |
| ERC grado 3 (n,%)ERC grado 3 A (n, %)ERC grado 3 B (n,%) | 8 (16)11 (22) | 10 (45,4)3 (13,6) | 0,0080,4 |
| Insuficiencia cardiaca (n,%) | 12 (24,0) | 8 (36,4) | 0,2 |
| Insuficiencia hepática (n,%) | 2 (4,0) | 1 (4,5) | 0,9 |
| Fármacos (n,%) | |||
| IECA/ARAII | 37 (74,0) | 18 (81,8) | 0,4 |
| Antialdosterónicos | 3 (6,0) | 2 (9,1) | 0,6 |
| Diurético de asa o tiazídico | 36 (72,0) | 14 (63,6) | 0,4 |
| AINE | 12 (24,0) | 3 (13,6) | 0,3 |
| Intento de autolisis (n,%) | 0 (0) | 4 (18,2) | 0,002 |
| Número de fármacos (mediana [RIQ25-75]) | 8,5 (6-11,2) | 9 (7-12) | 0,6 |
| Creatinina basal (mg/dL) (media±DE) | 1,11±0,49 | 1,09±0,28 | 0,4 |
| Filtrado glomerular basal (mL/min/1,73 m2) | 62,9±21,8 | 63,3±15,1 | 0,4 |
AINE: antiinflamatorio no esteroideo; ARAII: antagonistas de los receptores de la angiotensina 2; ERC: enfermedad renal crónica; DE: desviación estándar; IECA: inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina; RIQ: rango intercuartílico.
Los datos analíticos de las IPM se muestran en la tabla 2. Los pacientes del grupo I presentaron niveles plasmáticos más altos de creatinina, ácido láctico y anión gap, y un menor pH y nivel de bicarbonato en el momento del diagnóstico. Los niveles de metformina se determinaron en 52 pacientes (72,2%) (39 del grupo I [78%] y 13 del grupo II [59,1%]), siendo más altos en los pacientes del grupo I.
Diferencias analíticas al ingresar en urgencias según si los pacientes presentaron el evento principal (Grupo I) o no (Grupo II)
| Grupo I(n=50) | Grupo II(n=22) | p | |
|---|---|---|---|
| Creatinina (mg/dL) (media±DE) | 7,0±3,2 | 5,1±3,6 | 0,03 |
| Filtrado glomerular (mL/min/1,73 m2) (mediana [RIQ25-75]) | 6,0 [5,0-9,0] | 8,5 [5,0-34,7] | 0,05 |
| Láctico (mmol/L) | 14,1±7,3 | 7,4±4,1 | <0,001 |
| pH | 7,02±0,22 | 7,17±0,15 | 0,005 |
| HCO3 (mmol/L) | 8,8±5,4 | 12,7±5,3 | 0,005 |
| Anión GAP (mEq/L) | 37,1±11,5 | 30,4±9,8 | 0,002 |
| CK (μmol/L) | 170 [76,0-404,0] | 117 [59,7-207,2] | 0,1 |
| Niveles de metformina (μg/mL) | 20,1 [12,7-44,3] | 8,4 [3,8-22,4] | 0,05 |
CK: creatin quinasa; DE: desviación estándar; HCO3: bicarbonato plasmático; RIQ: rango intercuartílico.
En cuanto al manejo terapéutico, la sueroterapia y el bicarbonato endovenoso fueron administrados en ambos grupos sin diferencias estadísticamente significativas (grupo I vs. II: 85,4% vs. 100% y 81,2% vs. 65,0%, respectivamente, p>0,05 en todos los casos), con dosis acordes al protocolo y práctica clínica habituales.
Durante el seguimiento, 39 pacientes requirieron DER (54,2%): 24 mediante hemodiálisis de bajo flujo (61,5%) y 15 mediante hemodiafiltración veno-venosa continua (38,5%) debido a inestabilidad hemodinámica. Los pacientes que requirieron DER precisaron mayor soporte con drogas vasoactivas (66,7% vs. 12,1%, p <0,001) y mayor frecuencia de ingreso en UCI (71,8% vs. 6,1%, p <0,001), además de presentar niveles plasmáticos más altos de metformina (20,6 [13,6-46,5] vs. 8,5 [4,3-25,6] μg/mL, p=0,01).
En cuanto a la mortalidad, 21 pacientes (29,2%) fallecieron tras el diagnóstico de IPM, sin hallarse diferencias entre los que necesitaron DER o no: 10 de los pacientes que realizaron DER (25,6%) y 11 de los que no (33,3%), p=0,4.
En el análisis multivariado, los niveles ácido láctico al ingreso fueron el único factor predictivo del evento principal, con un área bajo la curva ROC de 0,78 y una OR de 10,7 (2,3-50,0) p=0,003, siendo el punto de corte del ácido láctico como predictor del evento principal de ≥ 9,6 mmol/L (tabla 3 y fig. 1).
También se realizó un análisis multivariado centrado solo en la necesidad de precisar DER y se identificaron los niveles de metformina al ingreso como un factor predictivo con un área bajo la curva ROC de 0.75 y un OR de 33,5 [3,7-302,6] p=0,002, siendo el punto de corte de los niveles de metformina como predictor de la necesidad de DER de ≥ 9,4μg/mL (tabla 4 y fig. 2).
Por último, se analizó la evolución de la función renal a los 3 meses de la IPM y no se hallaron diferencias entre grupos: el grupo I presentó un aumento de creatinina de +0,23±0,07mg/dL respecto al valor de creatinina basal y el grupo II de +0,20±0,08mg/dL (p=0,7 entre grupos).
DiscusiónLa metformina sigue siento el fármaco más utilizado para el tratamiento de la hiperglucemia en pacientes con DM212, demostrando claros beneficios incluso en aquellos con ERC13. Es un fármaco eficaz y seguro, pero también tiene efectos adversos, siendo la acidosis láctica tipo B el más importante. La hiperlactacidemia relacionada con la metformina se debe a sus efectos sobre el metabolismo de la glucosa. En condiciones normales, el piruvato generado en la glucólisis se incorpora al ciclo de Krebs, donde se convierte en CO2 y H2O mediante un proceso de generación de energía. En presencia de metformina, el piruvato se convierte en ácido láctico a través de la enzima lactato deshidrogenasa, y aunque a dosis habituales esto no tiene consecuencias clínicas, en caso de sobredosis existe riesgo de hiperlactatemia y producción de acidosis láctica14. La acidosis láctica asociada a metformina es una afección grave que, sin tratamiento, puede tener una tasa de mortalidad del 30-50%10. Por tanto, es fundamental identificarla y comprender los factores asociados a su aparición.
Este estudio demuestra que los niveles de ácido láctico, bicarbonato y pH al ingreso, así como el anión GAP y los niveles de metformina, se asocian con la necesidad de DER y/o exitus en pacientes diabéticos con acidosis láctica asociada a metformina. Sin embargo, los niveles de lactato se identificaron como el único factor independiente del evento principal.
Varios estudios respaldan nuestros hallazgos15, pero otros autores no encuentran esta misma asociación16,17. Quesada-Redondo et al. identifican como factores de mortalidad asociados a la IPM, la edad avanzada, el sexo femenino, la presencia de shock séptico y comorbilidades16. Peña Porta et al., encontraron diferencias significativas entre fallecidos y supervivientes en cuanto a los niveles de creatinina en la IPM y la duración de la estancia hospitalaria6. Sin embargo, a diferencia de nuestro estudio, ninguna de estas variables mantuvo su significación estadística en el análisis multivariado.
La importancia de la hiperlacticemia como factor pronóstico quedó demostrada en el estudio de Boucaud Maitre et al.18. En este estudio, que incluyó 727 IPM, el nivel de ácido láctico se asoció de forma independiente con la mortalidad, lo que concuerda con los hallazgos de nuestro estudio.
Por último, sobre los niveles de lactato cabe destacar que en las guías EXTRIP10, se recomienda indicar una DER con niveles de lactato>20 mmol/L (nivel de evidencia 1D) y se sugiere indicar una DER con lactatos entre 15-20 mmol/L (nivel de evidencia 2D). Asimismo, se sugiere que cuando la IPM coexiste con otras situaciones (LRA, shock, disminución del nivel de consciencia o insuficiencia hepática) la indicación de DER debe hacerse con niveles más bajos de lactato, aunque no especifica un número concreto. Nuestro estudio estableció el punto de corte de ácido láctico como predictor del evento principal en un límite bastante más bajo: ≥ 9,6 mmol/L, por lo que probablemente, en IPM, se pueda recomendar realizar una DER con niveles de lactato inferiores a los mencionados en las guías EXTRIP.
Para afirmar que la metformina contribuye a la acidemia, sus niveles plasmáticos deben estar elevados, y, además, se deben considerar factores como la dosis de metformina del paciente, el tiempo transcurrido desde la última administración, el momento de la determinación del nivel de metformina, la función renal del paciente y su tiempo de evolución, entre otros datos. Por lo tanto, debido a la dificultad de obtener los niveles de metformina en el momento de la atención de estos pacientes, y dado que muchas veces no es posible tener toda la información necesaria, Lalau et al.14 consideran que los casos de MALA pueden ser menores de lo que se sospechaba inicialmente, y que, en ausencia de niveles plasmáticos, sería más exacto denominarlo «acidosis láctica en pacientes en tratamiento con metformina (LAMT)».
En nuestro estudio se pudieron obtener niveles de metformina en 52 pacientes y, en el análisis univariante, los niveles altos de metformina se relacionaron con la necesidad de DER y en el análisis multivariante este dato se confirmó con un punto de corte de los niveles de metformina como predictor de la necesidad de DER de ≥ 9,4μg/mL. Este es un punto relevante en nuestro estudio dado que otros autores como Boucaud Maitre et al.18, que incluyeron a más de 650 pacientes con IPM, no pudieron demostrar que la metformina se asociara con la mortalidad. Sobre los niveles de metformina, cabe recalcar que los resultados de dichos niveles tardaban 48-72 horas en obtenerse, por lo que la decisión de realizar DER se basó en los criterios de las guías EXTRIP11. Actualmente, los niveles de metformina no se incluyen como criterio para indicar una DER y ningún estudio previo ha determinado un nivel concreto de metformina plasmática a partir del cual se debería indicar una DER. En nuestro estudio sí encontramos un nivel de metformina relacionado con la necesidad DER pero dichos niveles también se obtenían 48-72 horas después de obtener la muestra del paciente en su ingreso en Urgencias. Sería de interés ampliar la evidencia científica con estudios con un mayor número de pacientes y tener métodos más rápidos de obtención de los niveles de metformina para que estos pudieran tener un papel relevante en la indicación de una DER.
Cabe destacar que la presencia de ERC juega un papel clave en la acumulación de metformina y la producción de hiperlactacidemia. La importancia de la función renal se destaca en el estudio de Connelly et al.19, donde se confirma la relación entre ERC y acidosis láctica en pacientes en tratamiento con metformina. Además, esta relación se vuelve más pronunciada a medida que empeora la función renal. En nuestro estudio, el 44,4% de los pacientes presentaban ERC grado 3 y el 30,6% de los pacientes recibían una dosis más alta de metformina de la recomendada por su función renal. Por lo tanto, los resultados de este estudio remarcan, como en otros estudios20, la necesidad de monitorizar la función renal de forma estrecha en el paciente con ERC en tratamiento con metformina y vigilar la aparición de factores de riesgo que pueden agudizar la ERC y precipitar una IPM. Esto también incluye tratamientos concomitantes con diferentes fármacos que pueden afectar a la función renal, como AINE, IECA o ARA II, así como la importancia de la polimedicación, como ya demuestran estudios como el de Boada et al.21 en que los pacientes diagnosticados de MALA recibían una media de 10 fármacos diarios o en el nuestro propio donde la mediana de fármacos por paciente es de 9.
Sobre las limitaciones del presente estudio, deben destacarse: en primer lugar, se trata de un estudio retrospectivo basado en la recogida de datos de historias clínicas. A pesar de ser un método sencillo, rápido y rentable, algunos registros pueden estar incompletos, teniendo poco impacto en los resultados finales del estudio. Además, su carácter retrospectivo y de tratarse de un estudio unicéntrico, lo que dificulta la extrapolación de los resultados a otras poblaciones diferentes a las atendidas en el área de influencia de nuestro hospital.
Finalmente, cabe mencionar que para establecer el criterio de evento principal hemos considerado el compuesto de necesidad de DER y/o éxitus, lo que aumenta el número de casos del grupo I respecto a lo que habríamos obtenido si hubiésemos analizado las dos variables de forma independiente.
Investigaciones futuras se beneficiarían de estudios prospectivos, multicéntricos y con mayor tamaño muestral que permitan un seguimiento continuo de los pacientes, para aumentar la validez externa y facilitar la extrapolación de los hallazgos, aumentando así la calidad y la relevancia científica de la investigación.
ConclusionesEn conclusión, la IPM es una entidad grave y con elevada mortalidad. En nuestro estudio, el único factor predictivo de necesidad de DER y/o muerte fue el ácido láctico y los niveles de metformina al ingreso se relacionaron con la necesidad de DER.
FinanciaciónLa presente investigación no ha recibido ayudas específicas provenientes de agencias del sector público, sector comercial o entidades sin ánimo de lucro.
Conflicto de interesesLos autores no declaran ningún conflicto de intereses.
Los autores quieren agradecer la colaboración de las distintas personas que han hecho posible el estudio, en concreto al servicio de urgencias y de nefrología, por su implicación en la recogida de casos. También agradecer la colaboración y accesibilidad de Sr. Xavier Durán, miembro de Medical Statistics Unit del Instituto de Investigaciones Médicas del Hospital del Mar.











